TWAIN / DOYLE / CASEMENT / AAVV
Cuando en 1876, Leopoldo II de Bélgica creó la Asociación Internacional Africana y financió luego la expedición de Stanley al río Congo (1879-1884), se estaban poniendo las bases para una de las mayores tragedias de la humanidad.Al principio, tanto Europa como los Estados Unidos apoyaron lo que creyeron que era una misión humanitaria y civilizadora. Pero en realidad se estaba permitiendo que uno de los peores monstruos de la historia, diese rienda suelta a sus ansias de riqueza sin que nadie supiera lo que estaba de verdad ocurriendo en "el corazón de las tinieblas": el exterminio cruel de los habitantes de la región.Sólo cuando comenzaron a surgir textos de denuncia, la opinión pública empezó a ser consciente del horror.