Franco Lucentini (1920-2002) y Carlo Fruttero (1926-2012) se asociaron en la inmediata posguerra, cuando se conocieron en París. En Turín se convirtieron en editores de Einaudi, donde tradujeron por primera vez al italiano a Borges, Beckett, Salinger o Robbe-Grillet. Unidos por su pasión por la ciencia-ficción y los cuentos de fantasmas, editaron juntos varias antologías, y así nació la firma Fruttero & Lucentini. Aunque debutaron con un libro de poemas, el primer gran éxito les llegó con La mujer del domingo, que sería llevada al cine por Luigi Comencini en 1975, con Marcello Mastroiani, Jacqueline Bisset y Jean-Louis Trintignant en los papeles protagonistas.