El laicismo tiene mala prensa. Se le asocia injustamente al totalitarismo y al relativismo. El laicismo postula un modelo que es hoy minoritario en un mundo abocado al choque entre dos fundamentalismos, al conflicto entre dos visiones extremas de la religión. Para sobrevivir, el laicismo tiene que demostrar que es posible vivir juntos y que es factible evitar el choque de civilizaciones.En este libro se trata de profundizar en este debate mostrando que no es posible una defensa de lo mejor del legado ilustrado sin realizar una lectura de todo lo ocurrido en el siglo XX. Frente a los que reivindican la victoria del neoliberalismo económico, del neoconservadurismo y del neoimperialismo, se apuesta por la preservación del laicismo, del europeísmo y del socialismo democrático.