A diferencia de un mundo que asocia la belleza con lo ?efímero? o ?lo terso?, en la arquitectura y en la poesía, en las redes sociales, Ramón Cote nos recuerda en este libro la aspereza de las cosas cotidianas. Cada poema habla de un escritor que ha combatido sin reservas con su pasado, para volver a habitar en ?un presente continuo?. Es un hito para su propia poesía. El poeta de las pinturas y los vestigios ha ocupado finalmente el centro del cuadro. También estamos hechos de casas demolidas y oportunidades perdidas, parece decirnos, de excavaciones solitarias en la última caja de las mudanzas, de un brillo en las ventanas donde estuvo algún día la felicidad. Y de un poema a sus hijas encontrados en los papeles. Y de amigos y parientes que ya no están. O de viajes y lecturas en que por un momento hemos rozado la experiencia de lo sagrado. Esas felicidades clandestinas que están reservadas para la ciudad de los solitarios, esos que fueron reyes por un día, celebrando el cumpleaños en el último rincón de la oficina; los hombres o mujeres que ya nunca estarán en la portada de una Vanity Fair, pero a los que les fue dada la poesía de los días. Ramón Cote es uno de los mejores poetas colombianos de la actualidad, y este es su libro de mayor intimidad y ternura.
Santiago Espinosa
Ramón Cote Baraibar (Colombia, 1963) Licenciado en Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros de poesía Poemas para una fosa común (1984), Informe sobre el estado de los trenes en la antigua Estación de Delicias (1991), El confuso trazado de las fundaciones (1992), Botella Papel (1999), Colección privada (2003), III premio de poesía Casa de América, y Los fuegos obligados (2009), XXIII Premio UNICAJA de poesía. Como antólogo ha publicado Diez de ultramar y Antología esencial de la poesía colombiana del Siglo XX. Su producción literaria se completa con los libros de relatos Página de enmedio y Tres pisos más arriba, además de libros para niños y la biografía Goya. El pincel de la sombra (2005).