Roth, que es el gran novelista del ocaso del Imperio austrohúngaro, en 'Los cien días' recrea el final de otro imperio. 'Los cien días' comienza con el regreso de Napoleón de su exilio en la isla de Elba, cuando llega a Francia rodeado del fervor popular, y finaliza en Waterloo.
Antes de su derrota el emperador es asaltado por el desánimo y la duda. Sabe que los vítores de la multitud van dirigidos a la imagen de un Napoleón que ya no existe. Y es a esa imagen a la que Angelina une su suerte ciegamente. Durante la novela se entrecruzan los destinos de ambos, del general victorioso que ha cambiado la Historia y del personaje anónimo que es arrastrado por ella.
«Me interesa ese pobre Napoleón -escribió Roth-. Se trata de transformarlo: un dios que se convierte en hombre, mostrarlo en el único período de su vida en que es "hombre" y desgraciado. Quería convertir a un grande en un humilde. Es la primera vez en la historia moderna en que aparece con toda claridad».
Joseph Roth (Brody, 1894-París, 1939). La amarga experiencia del derrumbamiento del mundo de los Habsburgo y sus consecuencias psicológicas, así como la obligada marcha de los judíos de Europa central hacia Occidente, fueron desde el inicio los temas centrales en su obra. En 1933, emigró a Francia, donde murió. Desde entonces es considerado, con creciente unanimidad, como uno de los mayores talentos de nuestro tiempo.