En el mismo año en que Karen Blixen llega a Nairobi para construir su famosa granja en las colinas del Gong, una niña que había nacido en Kenya de padres ingleses, con sólo seis años de edad, parte junto a su madre en un carro de bueyes, para dirigirse a una gran finca de tierras vírgenes cercana al emplazamiento de Thika, a unas decenas de kilómetros de Nairobi. Elspeth Grant viaja con su madre, Tilly, una mujer joven, guapa y deportista y su padre, Robin.
En su nueva casa la niña Elspeth entra en contacto con los nativos, masáis y kikuyus.
Pero también a su alrededor convergen europeos pintorescos:
La autora es protagonista de un mundo que parece hecho para niños. Posee una tortuga, dos camaleones, Gorge y Mary, como los reyes, un antílope y un poni abisinio. Pero también es testigo de situaciones que no comprende, la vida de los mayores: las plantaciones, la caza, los adulterios que contempla desde el anonimato de sus pocos años; Los Nimmo, los Patterson, Mary la Pionera, el señor Ros. En palabras de Nadine Gordimer, la premio Nobel sudafricana:
El libro de la señora Huxley no trata sobre política o racismo, sino sobre algo que vale la pena recordar: la felicidad y la alegría de vivir, algo esencial de África.
Pero la Gran Guerra se desata y lo trastoca todo.