Verano de 1986. Morice tiene dos hermanas. Él es el mediano. Tiene 11 años. Se acaba de trasladar desde Marsella a Córcega, donde sus padres han comprado un viejo hotel, el Napoleón, cuyo anterior dueño, como descubre después, se había suicidado allí. Morice no conoce a nadie en el pueblo, pero pronto se topa con Audrey, de su edad, hija del alcalde, con la que traba amistad y que le va introduciendo en la dinámica de su nuevo lugar de residencia. Con ella va en bicicleta y con ella va descubriendo los rincones más interesantes. Una noche, a la hora de la cena, en el hotel se recibe una llamada de una mujer que habla alemán y que se interesa por la reserva que había hecho hace un año. A pesar de que el hotel todavía no está en funcionamiento, la mujer se presenta días después, junto a su hermano, para una estancia en la isla. Estos hermanos, con identidad falsa, resultan ser hijos de un antiguo espía y lo que hacen en Córcega en realidad es buscar un tesoro de lingotes de oro que Martin Bormann, secretario de Hiltler, ocultó. Morice y Audrey deciden investigar y van atando cabos a partir de informaciones que van obteniendo de diferentes personajes del pueblo que vivieron de niños la Segunda Guerra Mundial y así se sumergen en una investigación sobre unos hechos acaecidos en aquella época llena de secretos, neonazis, asesinatos y complots de silencio.
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