La figura de Lou Andreas-Salomé adquirió una notable popularidad tras la publicación, en 1951, de la primera edición alemana de " Mirada retrospectiva " . La presente edición surge de un segundo manuscrito encontrado posteriormente por Ernst Pfeiffer, amigo personal de Lou, que sin diferir en lo sustancial con el anterior, lo completa y lo hace más preciso.
Esta autobiografía nos aproxima a una de las épocas más atractivas y de mayor creatividad y esplendor de la cultura centroeuropea, teniendo en cuenta que Lou Andreas-Salomé conoció, intimó y colaboró con algunos de los intelectuales más representativos de la misma, como Nietzsche, Malwida von Meysenbug, Tolstói, Frieda y Margarethe von Bülow, Rilke o Freud, entre otros. Sus palabras dan cuenta de una vida comprometida, heterodoxa y original para los patrones convencionales y morales de su tiempo, anticipadora del movimiento de liberación de la mujer.
Lou Andreas-Salomé no realiza una exposición lineal de sucesos personales, sino que salta continuamente de la anécdota o del hecho al plano de la reflexión más general. No le interesa la descripción secuencial de su existencia, sino la búsqueda de un sentido más profundo e invisible que realmente constituye el hilo de todo el relato.
" Mirada retrospectiva " viene completada con los útiles comentarios de Ernst Pfeiffer al final de la obra, que aclaran algunos aspectos de esta apasionante e inspiradora autobiografía.
Ha sido catalogada, con justicia, como la primera mujer moderna, y figuras como Anaïs Nin o Simone de Beauvoir la tuvieron como ejemplo de integridad, plenitud y valentía.
Lou Andreas-Salomé (San Petersburgo 1861-Gotinga 1937) nació en el seno de una familia acomodada de origen báltico, en la que se hablaba indistintamente en ruso, alemán y francés. Desde muy joven demostró un gran afán de conocimiento y se interesó por la teología, la filosofía y la historia del arte. En el año 1880 se inscribió en la Universidad de Zúrich. En 1882, durante una estancia en Roma, conoció al filósofo Paul Rée, quien le presentó a Friedrich Nietzsche. En 1887 se casó con el orientalista Friedrich Carl Andreas. Fue amiga de Gerhart Hauptmann, Frank Wedekind, Arthur Schnitzler y Rainer Maria Rilke, con quien mantuvo una intensa relación sentimental. A partir de 1911 comenzó a interesarse por el psicoanálisis, estudió con Alfred Adler y se convirtió en discípula de Sigmund Freud. Autora de novelas y ensayos así como de una extensa correspondencia, fue una de las intelectuales más cautivadoras e inquietas de su época.