Las imágenes de arquitectura californiana del fotógrafo norteamericano Julius Shulman han quedado grabadas en la retina del siglo XX. Un libro de arquitectura moderna es inconcebible sin Shulman. Algunas de sus fotografías arquitectónicas, como las icónicas tomas sobre las extraordinarias estructuras de Frank Lloyd Wright o Pierre Koenig, han sido publicadas incontables veces. La brillantez de edificios como aquellos de Charles Eames, así como de aquellos de su gran amigo Richard Neutra, salió a la luz por primera vez en las fotografías de Shulman. La lucidez de su obra exigió que la fotografía arquitectónica fuera considerada una forma independiente de arte. Cada imagen de Shulman une percepción y comprensión de las construcciones y de su lugar en el paisaje. Las precisas composiciones revelan no sólo las ideas arquitectónicas que hay detrás de la cubierta de un edificio, sino también las visiones y aspiraciones de toda una época. En su obra siempre está presente un sentido de humanidad, aún cuando la figura humana está ausente en las fotografías en sí. Hoy muchas de las construcciones documentadas por Shulman han desaparecido o sido modificadas groseramente, pero la sed por sus imágenes pioneras es más fuerte que nunca.