Con Moneda Suelta, Jorge G. Aranguren, nos presenta su poesía más destilada, fulguraciones poéticas, pavesas luminosas, que nos dejan esa conmoción propia de los fogonazos, una ceguera momentánea que nos obliga a detenernos, concentrarnos, mirar hacia dentro y pensar; pensar para sentir. Jorge ha condensado en estas «monedas» toda su arte poética, fruto de su capacidad de observar y observarse, de su sensibilidad exquisita. Si la poesía, como alimento del alma, es necesaria, la poesía de Jorge G. Aranguren es imprescindible. Poesía que trasciende para comunicarse con nosotros en un acto de amor.