«No soy filósofo», escribe Montaigne en los Ensayos. Este texto intenta demostrar que, sin embargo, lo es, y tanto más cuanto menos pretende serlo. A Montaigne le gusta la filosofía viva, jovial, traviesa, nos dice. Es un filósofo que no cree en la filosofía; un filósofo lúcido y libre, que de esta manera filosofa mejor aún .
«La filosofía nos enseña a vivir», escribe: por ello es un filósofo, y nos enseña a filosofar.
André Compte-Sponville (París, 1952) es uno de los filósofos franceses más brillantes y apreciados tanto dentro como fuera de su país. A partir de los 18 años se declara ateo y empieza a buscar respuestas sobre la religión, Dios y la espiritualidad dentro de la filosofía, concretamente en la tradición materialista.
Actualmente es profesor de la Universidad de París ? La Sorbonne y colabora en diversos medios franceses como Libération.
El 4 de marzo de 2008 fue nombrado miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética Francés por el presidente de la República Francesa Nicolás Sarkozy.
Es autor de más de una decena de libros: La felicidad, desesperadamente; El amor, las soledad; Invitación a la filosofía; Diccionario filosófico; El capitalismo, ¿es moral?; Pequeño tratado de las grandes virtudes, Impromptus, El alma del ateísmo todos igualmente publicados por Ediciones Paidós.