ÍndiceIntroducción: Jóvenes peregrinas«Casi
todo son vivencias nuestras»: una nota biográfica.MUJERCITASPrefacioPRIMERA PARTEI. Jugando a las peregrinasII. Una feliz NavidadIII. El joven Laurence.IV. CargasV. La buena vecinaVI. Beth halla el Palacio HermosoVII. El Valle de la Humillación de AmyVIII. Jo se enfrenta a ApollyonIX. Meg va a la Feria de las VanidadesX. El C. P. y la O. P. XI. ExperimentosXII. El campamento LaurenceXIII. Castillos en el aireXIV. SecretosXV. Un telegramaXVI. CartasXVII. La jovencita abnegadaXVIII. Días sombríosXIX. El testamento de Amy.XX. ConfidenciasXXI. Laurie comete una travesura y Jo hace las
pacesXXII. Prados amenosXXIII. La tía March resuelve el problemaSEGUNDA PARTEI. ChismesII. La primera bodaIII. Tentativas artísticasIV. Lecciones literariasV. Experiencias domésticasVI. VisitasVII. ConsecuenciasVIII. Nuestra corresponsal en el extranjeroIX. Problemas delicadosX. El diario de JoXI. Un amigoXII. Corazones rotosXIII. El secreto de BethXIV. Nuevas impresionesXV. En un rincónXVI. Laurence el PerezosoXVII. El Valle de la SombraXVIII. Aprendiendo a olvidarXIX. Completamente solaXX. SorpresasXXI. Mi señor y mi señoraXXII. Daisy y DemiXXIII. Bajo el paraguasXXIV. Tiempo de cosechaUna
cronología de la familia AlcottBibliografía
de las referencias citadasBibliografía
adicionalAgradecimientos
Desde su publicación en 1868-1869, Mujercitas, posiblemente el clásico juvenil más entrañable de la literatura norteamericana, ha ido pasando de madres a hijas durante generaciones. Ha sido traducido a más de cincuenta idiomas e inspirado seis películas, cuatro producciones televisivas, un musical de Broadway, una ópera y una serie web. Esta lujosa edición a todo color ofrece más de 220 ilustraciones especialmente seleccionadas entre las que figuran imágenes de los filmes, impresionantes láminas de Norman Rockwell y dibujos emblemáticos de ilustradores de historias para jóvenes como Alice Barber Stevens, Frank T. Merrill y Jessie Wilcox Smith.
El afamado estudioso de la vida y obra de la autora de Mujercitas John Matteson aporta en este libro sus conocimientos sobre la novela, la familia March nacida en sus páginas y la familia Alcott que inspiró tanto la una como la otra. Por medio de las numerosas fotografías tomadas en la casa de los Alcott expresamente para esta edición ?del vestido de boda de Anna, la hermana mayor; del vestuario para las representaciones teatrales de la familia; de los dibujos de May, la hermana menor; del libro de recetas de la Sra. Alcott, etc.? los lectores descubrirán los asombrosos vínculos que existen entre la realidad y la ficción.
Las notas de Matteson nos permiten visualizar los objetos cotidianos y la cultura de una época lejana pero cuya impronta es aún perceptible, situando la obra de Alcott en el contexto del arte, la música y la literatura que moldearon su persona y su obra. Línea tras línea, los valiosos comentarios del editor nos hacen entrar en contacto con los libros que Alcott leía, la gente que conocía, los platos que comía... prácticamente con todo, salvo con el aire que respiraba. Su brillante ensayo introductorio, además, estudia el lugar central que Mujercitas ocupa en la literatura infantil y nos cuenta cómo fue la vida de la propia Alcott: una historia tan fascinante como las narraciones de la escritora.
Nació en 1832 en Germantown, un pequeño pueblo cercano a Filadelfia. Su padre fue un famoso profesor y escritor que se preocupó por proporcionarle una buena educación. Pronto demostró sentir una gran pasión por escribir. Sus primeros trabajos se publicaron en Atlantic Monthly, una revista literaria y política de Boston. Ya en su juventud era una convencida feminista y se mostró en contra de la esclavitud que sufrían los negros en Estados Unidos.En 1862, durante la Guerra de Secesión estadounidense entró a trabajar como enfermera en un hospital, experiencia que le hizo mirar el mundo de otra manera. En 1868 publicó Mujercitas, que tuvo un éxito arrollador. Desde ese momento, sus obras casi siempre tendrían un gran número de lectores: Aquellas mujercitas, Una muchacha anticuada, Hombrecitos, Bajo las lilas... Pero los constantes problemas de salud que la aquejaban no la dejaron disfrutar plenamente de sus triunfos literarios. Murió en 1888.