El libro de la ley de los Muertos, el compendio de todos los horrores, el manual de los rituales más depravados. Esta es la versión más completa de lo que del Necronomicón ha llegado a nuestros días. El árabe loco, aquel a quien H. P. Lovecraft llamó Abdul Alhazred, estuvo cara a cara con lo más abyecto, y gracias a su testimonio de primera mano tenemos hoy acceso a la traducción de parte de los rituales, conjuros y plegarias sumerios que establecen los puentes entre nuestro mundo y el abominable reino de los dioses Primigenios.
Simon. Se dice que, en la década de 1960, Simon era un simple estudiante de magia. Se dice también que era un joven sacerdote que realizaba exorcismos en un barrio pobre de Nueva York. Se ha llegado a oír que encontró el manuscrito en una librería, que lo robó en casa de un conocido Lo único que podemos afirmar es que de alguna forma todo ese material llegó a los propietarios de la tienda de ocultismo Magikal Childe, y ellos se encargaron de preparar una primera edición de 666 ejemplares encuadernados en piel en el año 1977. El resto es historia.