Con el grito jubiloso de ?¡Viva la República!? Blasco Ibáñez encabezaba el último artículo que envió desde Francia para el periódico El Correo de Valencia en 1891. Era la misma expresión con que titularía pocos meses después una de sus novelas históricas de juventud y que resume perfectamente la índole apasionada de las crónicas que escribió sobre París después de huir de las autoridades españolas. Sus Impresiones de un emigrado son testimonio perfecto de las inquietudes políticas y sociales del hombre escindido entre dos grandes amores: su España natal, anclada en los rancios tradicionalismos, y la Francia cuya historia revolucionaria encarnaba los ideales de libertad y democracia por los que él siempre luchó. A través de estos artículos, que delatan el compromiso ideológico con una realidad intensamente vivida, podemos acceder a la personalidad de un escritor transido por un poso romántico y que apenas temió a las distancias ni a los grandes desafíos. Guiados por él, el recorrido por la geografía parisina se convierte en un juicio crítico del presente de la metrópoli y en una evocación de sus episodios históricos más recientes. Con la característica habilidad de Blasco Ibáñez para narrar las anécdotas más sorprendentes o captar el color local, la variedad impregna unas crónicas que no renuncian a la denuncia de las más injustas desigualdades y resaltan la noble aspiración al progreso humano.
Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, 1928) fue una figura más novelesca que sus propias ficciones literarias. Poseído de un espíritu de conquistador, se embarcó en diferentes empresas: agitador político y líder republicano, periodista, editor, colono y guionista de Hollywood. Envuelto en diversos duelos y perseguido por la justicia, pero celebrado por las grandes masas, este impetuoso e infatigable buscador de la fama alcanzó su objetivo tras la traducción al inglés de Los cuatro jinetes del Apocalipsis, siendo vertidas a los más diversos idiomas la mayoría de sus novelas y colecciones de cuentos, con títulos como La barraca, Entre naranjos o Sangre y arena, entre otros.
Emilio José Sales Dasí es Doctor en Literatura Española y Premio de Ensayo de la Generalitat Valenciana 2008 por el estudio Bajo el encanto de lo novelesco. Blasco Ibáñez ochenta años después. Después de un diálogo continuado con los libros de caballerías, en los últimos años alterna su tarea docente con la edición divulgativa de las obras de Blasco Ibáñez y con otras actividades didácticas y literarias, fruto de las cuales es la publicación de los cuentos La memoria del otoño (Destiempos).
Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) fue "un agitador, un artista enamorado de la acción", un novelista enérgico y comprometido con las clases populares. Encarcelado repetidamente por antimonárquico y anticlerical, su oratoria apasionada despertaba el entusiasmo popular, y sus novelas se vendieron por miles y se tradujeron en toda Europa. Tras una manifestación contra la guerra colonial, tuvo que ocultarse unos días en casa de un amigo republicado, y allí, en unos cuadernos escolares, escribió el pequeño cuento que más tarde se convertiría en su novela más famosa: La barraca.