París es, en el orden social, lo que el Vesubio es en el orden geográfico: una mole amenazante y peligrosa, un foco siempre activo de revolución. Pero así como las laderas del Vesubio son ahora, gracias a las capas de lava que las cubren, un paradisíaco vergel, el arte, la vida mundana y la moda florecen como un ningún otro lugar sobre la lava de las revoluciones.
(Berlín,1892-Portbou,1940) fue un filósofo, pensador y teórico literario. Estuvo vinculado a la Escuela de Frankfurt, a través de Adorno y Horkheimer y mantuvo correspondencia con Brecht y Scholem. Traductor de Proust y Baudelaire, fue autor de varias obras, entre otras, Iluminaciones y Pasajes, obra a la que pertenecen los textos de este volumen. Se suicidó en Portbou mientras intentaba escapar de los nazis.