Un leñador tiene tres hijas. Cuando el leñador va al bosque marca el camino para que las niñas puedan encontrarlo. En días sucesivos, las tres hermanas irán a llevarle la comida a su padre, siguiendo la senda marcada con piedras, palos o paja. pero un oso trama un plan para raptar a las niñas. De regreso a casa, las tres caerán en la trampa y seguirán una pista equivocada que las llevará, de una en una, a la cueva del oso. Agudizando el ingenio, las niñas planean su huída y el oso acaba pagando su merecido. Un cuento que nos enseña los peligros del mundo, representados por sendas que cambian de dirección y conducen a la pérdida. Pero ante la situación que acarrea el seguir un camino equivocado, solo cabe afrontar las dificultades con imaginación y astucia y, tomando conciencia de la situación, actuar de forma inteligente. También es importante el hecho de que la mayor es la que lleva a cabo el plan de huída, y la última en liberarse del oso, salvando primero a sus hermanas. Esto refuerza el estímulo hacia el crecimiento intelectual, y la independencia que se puede lograr con la madurez. La naturaleza simbólica de los tres elementos con los que el padre marca la senda (piedras, palos, paja) está patente en cuentos de todo el mundo. El más conocido, quizás Los tres cerditos en la que parte del elemento más insustancial (paja) hasta llegar a la solidez de la piedra con la que construye la casa el hermano mayor.
Ilustrador catalán, Josep Rodés estudió en La Llotja (Escuela Superior de Diseño y Arte) de Barcelona y ha publicado libros ilustrados para niños y adultos en diversas editoriales francesas y españolas, entre otras. Entre sus obras para el público juvenil, podemos destacar algunos títulos como Batalla de Naipes, La pequeña bruja y El pescador y su mujer, de Kalandraka, y Piedra, Palo, Paja, editado por OQO.
A veces utiliza herramientas digitales para su trabajo y, a veces, técnicas más tradicionales, como el gouache, la pintura acrílica, el collage o la tinta china.