Durante buena parte de esta novela Gonzalo es un poetastro que quiere ser poeta y un padrastro que se comporta como si fuera el padre biológico de Vicente, un niño adicto a la comida para gatos que años más tarde se niega a estudiar en la universidad porque su sueño principal es convertirse también en poeta, a pesar de los consejos de Carla, su orgullosamente solitaria madre, y de León, un padre mediocre dedicado a coleccionar autitos de juguete. El poderoso mito de la poesía chilena un personaje secundario dice, aludiendo a los veredictos de la Academia Sueca, que los chilenos son bicampeones mundiales de poesía es revisitado y cuestionado por Pru, una periodista gringa que se convierte en testigo accidental de ese esquivo e intenso mundo de héroes e impostores literarios. «La verdadera seriedad es cómica», decía Nicanor Parra, y esta novela sobre poetas que desprecian las novelas lo demuestra brillantemente. El laberinto masculino actual, los trágicos vaivenes del amor, las familias o familiastras fugaces, la omnipresente desconanza en instituciones y autoridades, el deseo valiente y obcecado de pertenecer
Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975) ha publicado los libros de poesía Bahía inútil (1998) y Mudanza (2003), la colección de ensayos No leer (2010) y las novelas Bonsái (2006) y La vida privada de los árboles (2007), que han sido traducidas a diversos idiomas. Escribe sobre literatura en diversos medios de prensa chilenos. Ha colaborado también en las revistas "Turia" y en el suplemento "Babelia" de El País. Actualmente es profesor de literatura de la Universidad Diego Portales. Bonsái fue galardonada con el Premio de la Crítica como la mejor novela chilena de 2006 y convertida en película con el mismo título por Cristián Jiménez, estrenada en Cannes en la sección de A certain regard. Alejandro Zambra fue además seleccionado entre los mejores narradores jóvenes en español por la revista Granta.