Los textos compilados en este volumen son. al igual que los de Opiniones mohicanas, homenajes a autores y colegas, piezas de un patchwork, a modo de crónica personal, de una forma de entender la edición en el cambiante paisaje de las últimas décadas, y también una prolongación, una suerte de cara B, del catálogo de Anagrama. Entre los autores españoles y latinoamericanos figuran nombres tan representativos de la editorial como Carmen Martín Gaite, Álvaro Pombo, Sergio Pitol, Enrique VilaMatas, Rafael Chirbes, José Antonio Marina, e incorporaciones más recientes como Ricardo Piglia, Pedro Juan Gutiérrez, Juan Villoro, Alan Pauls, Alonso Cueto y Alberto Méndez, el autor de Los girasoles ciegos. Entre los escritores traducidos, Vladimir Nabokov, Albert Cohen, Pierre Bourdieu, Claudio Magris, Antonio Tabucchi, Ryszard Kapusciríski, Julian Barnes, Tom Sharpe, Charles Bukowski, Raymond Carver, Tom Wolfe, Arundhati Roy, Catherine Millet, John Lanchester. Algunos de los textos están dedicados a editores que son también escritores (con un título al menos en Anagrama) y desde luego amigos: Josep Maria Castellet, Roberto Calasso, Esther Tusquets y Salvador Pániker. Y no podía faltar Jaume Vallcorba, aunque en este caso Jorge Herralde es un autor de su editorial, Acantilado. Otras descollantes personalidades del mundo editorial que comparecen son Pepe Martínez, fundador de Ruedo ibérico, imprescindible en su día, Antonio Vilanova, Paco Porrúa y Javier Pradera, así como dos editores norteamericanos tan significativos como Roger Straus y Morgan Entrekin. En cuanto a la extensión, amigos y colaboradores históricos como Joaquín Jordá y Salvador Clotas protagonizan perfiles más detallados y con mayores tonalidades autobiográficas, también presentes en los consagrados a otros viejos amigos, Terénci Moix y Puco Zaforteza, mientras que los textos dedicados a Patricia Highsmith y El Roto son apenas «una anécdota» y «un homenaje mínimo», respectivamente. Y por último, como curiosidad, los azares del orden alfabético han provocado la yuxtaposición de Jesús Aguirre, que fue editor y luego Duque de Alba, y el casi inédito novelista Kiko Amat, situacionista pop, o de autores tan contrapuestos como Nanni Balestrini y Alessandro Baricco.