Un rotundo alegato a favor de la libertad y en contra del totalitarismo que se ha convertido en un clásico de la literatura del siglo XX. Esta sátira de la Revolución rusa y el triunfo del estalinismo, escrita en 1945, se ha convertido por derechos propio en un hito de la cultura contemporánea y en uno de los libros más mordaces de todos los tiempos. Ante el auge de los animales de la Granja Solariega, pronto detectamos las semillas de totalitarismo en una organización aparentemente ideal; y en nuestros líderes más carismáticos, la sombra de los opresores más crueles. La presente edición, avalada por The Orwell Foundation, sigue fielmente el texto definitivo de las obras completas del autor, fijado por el profesor Peter Davison. Incluye un epílogo del periodista y ensayista Christopher Hitchens, que pone de relieve la importancia del autor en nuestro tiempo. Marcial Souto firma la estupenda traducción, que se publicó por primera vez en 2013 y es la más reciente de la obra. La crítica ha dicho...
«Una obra literaria perfecta.»
T.S. Elliot «George Orwell es un hombre con extraordinario sentido moral y con un enorme respeto por la justicia y la verdad.»
Evelyn Waugh «El libro que todo el mundo, toda la gente de a pie, debería leer. No ha perdido un ápice de lucidez en cincuenta años.»
Ruth Rendell «Casi antes que nadie él comprendió que la corrupción de las palabras es un síntoma y a la vez la causa de la corrupción del pensamiento.»
Antonio Muñoz Molina «Desde Los viajes de Gulliver no se ha escrito una parábola tan profunda, mordiente y satírica como Rebelión en la granja.»
Arthur Koestler «Un intelectual radicalmente independiente cuya obra es de una claridad moral insobornable.»
Guillermo Altares, El País
George Orwell llegó a Barcelona en las navidades
de 1936, dispuesto a luchar
contra el fascismo. Encontró
una ciudad en plena revolución
e ilusionada ante el futuro, y acabó enrolado en la milicia del poum. Destinado
durante cuatro meses al frente de Aragón, donde reinaba una desesperante inactividad, regresó por unos días a Barcelona. Allí, tras ser testigo del conflicto entre los anarquistas y las fuerzas del orden, las famosas Jornadas de Barcelona de mayo de
1937, que consolidaron el poder de los comunistas, escapó de milagro a la dura persecución sufrida por el poum
después de su ilegalización.