Estudio preliminar. La identidad y la imaginación. Martin Guerre regresa de nuevo (Justo Serna y Anaclet Pons)
EL REGRESO DE MARTIN GUERRE
Agradecimientos
Prefacio
Abreviaturas
Introducción
I. DE HENDAYA A ARTIGAT
II. EL CAMPESINO DESCONTENTO
III. EL HONOR DE BERTRANDE DE ROLS
IV. LAS MÁSCARAS DE ARNAUD DU TILH
V. UN MATRIMONIO FICTICIO
VI. DISPUTAS
VII. EL JUICIO DE RIEUX
VIII. EL JUICIO DE TOULOUSE
IX. EL REGRESO DE MARTIN GUERRE
X. EL NARRADOR
XI. HISTOIRE PRODIGIOSA, HISTOIRE TRAGIQUE
XII. DES BOYTEUX (SOBRE LOS COJOS)
XIII. EPÍLOGO
Selección bibliográfica de los textos sobre Martin Guerre
POSFACIO
Los silencios de los archivos, la celebridad de una historia (por Natalie Zemon Davis)
Índice alfabético
Índice de ilustraciones
La de Martin Guerre es la historia de una impostura. En el año 1540 un rico campesino del Languedoc abandonó a su mujer, su hijo y sus propiedades, y durante años no se supo más de él. Tiempo después volvió ?o así lo creyó todo el mundo?, integrándose plenamente en su vida anterior. Sin embargo, tras varios años de apacible convivencia matrimonial, la mujer alegó que había sido engañada por un impostor y denunció a su supuesto marido ante los tribunales. Tras un azaroso juicio ?del que nos quedan numerosos testimonios?, y cuando el hombre en cuestión casi había convencido a los jueces de que era Martin Guerre, el auténtico Martin Guerre apareció en escena.
¿Quién fue en realidad el falso Martin Guerre? La esposa, Bertrande de Rols, ¿había sido engañada realmente? ¿Qué papel desempeñó el pueblo, Artigat, en todo el asunto? A medio camino entre el relato novelesco y la exposición científica, Natalie Zemon Davis recrea en este magno fresco, excepcional y absorbente, los hábitos y las relaciones sociales, las intenciones ocultas y las sensibilidades de unos aldeanos del siglo XVI.
«No puede uno sino admirar a Natalie Z. Davis por la magna tarea de reconstrucción histórica que ha emprendido, libre de todo de sesgo ideológico? la película era genial, pero el libro de Natalie Zemon Davis es aún mejor.»
Emmanuel Le Roy Ladurie, The New York Review of Books