Los veinticuatro sermones de este quinto volumen de los Sermones parroquiales fueron predicados en su mayoría en los años 1838-1840. Este periodo coincide plenamente con las primeras experiencias que acabaron conduciendo a Newman a la Iglesia católica. En efecto, el estudio de las controversias de la Iglesia primitiva, en el verano de 1839, le hicieron concebir, si bien aún no aceptar plenamente, la idea de que el Anglicanismo era insostenible. El predicador de los sermones de este tomo andaba, pues, inmerso en una especie de dicotomía interior que no traslucía al exterior. Los temas de estos sermones son más bien morales que doctrinales, y el mensaje fundamental que transmite a sus oyentes contribuye a llevarlos más bien hacia la Iglesia antigua que hacia la Iglesia de Inglaterra. El tono general es probablemente menos polémico que otras veces, precisamente porque el predicador se siente próximo a un estado de búsqueda y espera.
John Henry Newman (Londres 1801 ? Birmingham 1890) es sin duda uno de los pensadores cristianos con mayor influencia en la actualidad, especialmente en el mundo anglosajón. Ordenado sacerdote anglicano en 1825, durante los años siguientes fue uno de los principales impulsores del Movimiento de Oxford, cuya aspiración principal era que la Iglesia de Inglaterra volviera a sus raíces católicas. Tras un largo proceso, sus estudios sobre los Padres de la Iglesia le acaban llevando a convertirse al catolicismo en 1845, siendo ordenado sacerdote católico en 1847. En 1879 fue nombrado cardenal por el papa León XIII. Considerado por muchos como uno de los inspiradores del Concilio Vaticano II, en 1991 fue declarado Venerable por san Juan Pablo I. En 2010 beatificado por Benedicto XVI y el 13 de octubre de 2019 canonizado por el papa Francisco en Roma. Encuentro ha publicado en español buena parte de su extensa obra, de la que destacan Ensayo para contribuir a una Gramática del Asentimiento, Apologia pro vita sua, Suyo con afecto y los Sermones parroquiales (ocho volúmenes).