En el Jaén de 1606 el médico Alonso de Freylas imprimía, junto con otros importantes tratados acerca de la peste que tanto preocupaba entonces, un brillante discurso sobre la afección melancólica. Dibuja en él al melancólico ingenioso. Y justo en el sueño del melancólico se abre como una rara flor el talento artístico y la mejor literatura.