Un padre y su hija de ocho años habitan en una aislada casa en medio de la nada, rodeada de vegetación y silencio. La niña no entiende por qué han de vivir en ese inhóspito lugar, se aburre, inventa juegos absurdos, pregunta a su padre por qué no pueden vivir en una casa normal, como sus amigos El padre responde que no queda otro remedio, que deben permanecer allí esperando a que vuelva la madre, que allí será donde regrese. La historia de la ausencia de un ser querido y tan cercano como una madre. Sobre la necesidad del ser humano de sentirse arropado por su entorno. Pero también nos conduce, más prosaicamente, al mundo del trabajo, a sus esclavitudes, a discernir cómo se convierte en una barrera que nos cierra el paso hacia la familia y amigos Los personajes nos hablan, por último, de la posibilidad de abrir nuevos caminos, de la capacidad que tiene para obrar estos pequeños milagros una niña de ocho años, una hormiga Sigamos, pues, a la hormiga.
Nació en Algorta, Getxo en 1973. De formación filólogo y de oficio traductor, es también colaborador en la prensa escrita. Su novela Un tranvía en SP (2001) recibió el Premio Nacional de Narrativa 2002 y cosechó un gran éxito de público y crítica.
Las orejas de los saltamontes es su primer libro infantil pero no el último. Acaba de publicar en euskera Zizili, que todavía no ha sido traducido al castellano.