Los Soliloquios fueron escritos por George Santayana entre 1914 y 1921, y pueden leerse de forma independiente, aunque unos llevan a otros. Su estilo empuja suavemente al lector, como el Támesis invocado al comienzo, desde la atmósfera inglesa hasta el mito de Hermes, deteniéndose en los castillos de nubes, en los esnobs, en los efectos de la Gran Guerra, en las ironías del liberalismo o en las oscilaciones de la filosofía británica. Platón y Aristóteles, Matthew Arnold y William Wordsworth, Goethe y Shakespeare, el pensamiento hindú y la mitología griega, el paisaje castellano y la literatura española, el psicoanálisis y la nueva física adornan este recorrido.
Atrapado en Oxford por el estallido de la guerra, pero sin verse implicado en ella dada su ciudadanía española, Santayana pasea, lee a Dickens y medita sobre Inglaterra, el mundo y sus ilusiones. Teje así un impresionante tapiz donde se entrecruzan referencias a España y Alemania, a la muerte y a la posible revolución. Con su característica escritura a varias voces, Santayana desvela a la vez el carácter británico y su propio hombre interior en un libro intemporal. El tono de estos Soliloquios lo indica el mismo Santayana en el prólogo cuando afirma que él sería el primero «en detestar su palabrería si no fuera por cierta felicidad espiritual que parece alentarlos y redimir su irrelevancia».
(1863-1952). Filósofo, ensayista, poeta y novelista hispano-estadounidense, a pesar de ser ciudadano español, creció y se formó en Estados Unidos. A los 48 años dejó de enseñar en la universidad de Harvard y nunca más volvió a Estados Unidos. Escribió sus obras en inglés, y es considerado un hombre de letras estadounidense. Probablemente su cita más conocida sea «Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo».