El arte del DJ es el «arte de mezclar». Techno : rebelde nos enseña que ese arte existe desde siempre, que Mozart fue un DJ y que la remezcla es la propia vida de la música. A lo largo de sus páginas una realidad queda concluyentemente demostrada: ta música electrónica es más efectiva y se disfruta más cuanto más impura es. el ritmo `y la textura chocan frontalmente, una y otra vez, contra la composición. una maquinaria sin alma se enfrenta a una serie de ideas tradicionales sobre belleza y estética hasta recomponer sus sentidos. Este libro va poniendo de manifiesto cómo estas tensiones san, precisamente, las que mantienen viva a la música, y que así ha sido siempre. La música insiste en` ir con el flujo y estar aquí y ahora > en ser parte del presente que nos define y que nos forma, insiste en acompañarnos. En el año 196$ el grupo de krautroek Can graba las manifestaciones de mayo en París y las utiliza en el primero de sus conciertos. hoy, muchos de esos gritos aparecen intercalados en cientos de vinilos que vuelan de plato in plato por todas esas discotecas en las que miles de jóvenes vibran con la resonancia del mundo real que, en gran parte, contiene la música electrónica. Y esto aun sin saber en muchas ocasiones qué es exactamente lo que están escuchando.