El libro es un homenaje a Albert Cossery en el año del centenario de su nacimiento. Es el resultado en papel de la obsesión en que se convirtió para mi este personaje en cuanto lo conocí: el mismo día de su muerte, 22 de junio de 2008. Me enteré a través de un recuadro minúsculo en un periódico. Sólo decía que había muerto en París el escritor egipcio Albert Cossery, en la misma habitación del hotel donde había vivido durante cincuenta y siete años.
Desde aquel día seguí investigando, localicé y leí todos sus libros descatalogados, encontré material casi inédito, y descubrí que vivió sin trabajar jamás, que fue amigo de Albert Camus, Henry Miller, Jean Paul Sartre, Alberto Giacomenti, Juliette Greco y vivió toda la bohemia parisina y el existencialismo francés. Su revolución consistió en intentar que quien leía uno de sus libros no fuera a trabajar al día siguiente y pasara el resto de su vida entregado a la pereza reflexiva y a socavar la autoridad del tirano a través de la burla.