Este tomo, que fue preparado por el propio Mihura y ha sido puesto al día por Juan A. Ríos Carratalá, recoge la comedia que más prestigio le aportó Tres sombreos de copa y la que más éxito obtuvo Maribel y la extraña familia alejadas en el tiempo pero identificadas por un humor común que el autor definió como: «un capricho, un lujo, una pluma de perdiz que se pone uno en el sombrero [...]. El humor verdadero no se propone enseñar o corregir, porque no es ésta su misión. [...] es lo más limpio de intenciones, el juego más inofensivo, lo mejor para pasar las tardes. Es como un sueño inverosímil que al fin se ve realizado.»
Miguel Mihura, hijo de un actor y empresario de teatro, vivió desde niño en un ambiente teatral, que influiría considerablemente en su obra. En 1932 escribe Tres sombreros de copa, obra que no es entendida por los empresarios, y que se niegan a representarla, por lo que el autor decide cambiar de rumbo y hacer obras más burguesas, en línea con lo que se lleva en esos momentos. Durante la guerra civil funda y dirige La ametralladora, revista de humor de la zona nacional, donde ya se puede ver su particular concepción del ingenio. Alcanzará un gran éxito con su siguiente revista, La codorniz, fundada por él en 1941. Su humor, totalmente original, fresco y descabellado, seguía las directrices de lo que se hacía en Europa por aquel entonces. Después de vender La codorniz decide pasarse al cine, donde escribirá numerosos guiones y reanudará su creación teatral en 1953, continuándola hasta 1968. Sin embargo, todas sus obras están por debajo de la genial Tres sombreros de copa porque se ve obligado a frenar su libertad creadora y su magnífica imaginación. Son los años de A media luz los tres, El caso del señor vestido de violeta y Carlota. Pero alcanzará el éxito total del público con Melocotón en almíbar (1958) y Maribel y la extraña familia (1959), La bella Dorotea (1963) y Ninette y un señor de Murcia (1964).