De Tres sombreros de copa se ha dicho, no sin razón, que es una obra que se adelantó a su tiempo. De trama muy original, parece anticipar las características del teatro del absurdo que se impondría en toda Europa a medidados de la centuria. Fernando Valls ha estudiado con pormenor las fuentes de la obra y su particular sentido del humor, para situarla adecuadamente en su contexto, sin necesidad de considerarla un producto anómalo o un acierto inexplicable. La rica anotación resuelve todos y caca uno de los juegos verbales, los destellos de ingenio y las referencias a sucesos de actualidad (a veces nimios) que Mihura integró genialmente en la que puede considerarse, sin temor a equivocación, una de las mejores creaciones teatrales españolas de todos el siglo XX.
Miguel Mihura, hijo de un actor y empresario de teatro, vivió desde niño en un ambiente teatral, que influiría considerablemente en su obra. En 1932 escribe Tres sombreros de copa, obra que no es entendida por los empresarios, y que se niegan a representarla, por lo que el autor decide cambiar de rumbo y hacer obras más burguesas, en línea con lo que se lleva en esos momentos. Durante la guerra civil funda y dirige La ametralladora, revista de humor de la zona nacional, donde ya se puede ver su particular concepción del ingenio. Alcanzará un gran éxito con su siguiente revista, La codorniz, fundada por él en 1941. Su humor, totalmente original, fresco y descabellado, seguía las directrices de lo que se hacía en Europa por aquel entonces. Después de vender La codorniz decide pasarse al cine, donde escribirá numerosos guiones y reanudará su creación teatral en 1953, continuándola hasta 1968. Sin embargo, todas sus obras están por debajo de la genial Tres sombreros de copa porque se ve obligado a frenar su libertad creadora y su magnífica imaginación. Son los años de A media luz los tres, El caso del señor vestido de violeta y Carlota. Pero alcanzará el éxito total del público con Melocotón en almíbar (1958) y Maribel y la extraña familia (1959), La bella Dorotea (1963) y Ninette y un señor de Murcia (1964).