Glenn Runcíter ha muerto. ¿O lo han hecho todos los demás? Esta cáustica comedia metafísica de muerte y salvación (servida en cómodo aerosol) es un tour de force de amenaza paranoica y diversión sin trabas, en la que los fallecidos dan consejos comerciales, compran su siguiente encarnación, y corren continuamente el riesgo de morir de nuevo: Philip K. Dick no alcanzó Ia cúspide de su fama hasta después de su muerte. Antes de ella, nos había ofrecido ya obras tan famosas como El hombre en el castillo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Ubik, considerada la mejor de todas ellas.