Entre las crónicas dedicadas a la China contemporánea son muy escasas las escritas por autores españoles, y menos aún con sesgo literario. Ello confiere un valor añadido a Un jardín en Shanghai, libro extraordinariamente documentado gracias a la experiencia previa de su autor que, en los últimos quince años, como guionista de documentales, ha vivido varias estancias en el gran país asiático, escribiendo sobre sus temas claves y más controvertidos, desde la mega presa de las Tres Gargantas, la Medicina Tradicional o la cuestión tibetana. Pero lo que intenta descifrar Un jardín en Shanghai es mucho más ambicioso: lo que hace diferente y única en el planeta el "alma china". El relato transcurre en la metrópoli que encarna su motor económico, aprovechando el observatorio que supuso la Exposición Universal de 2010. Tras diversos viajes preparatorios en los años previos, el autor residió allí durante la Expo trabajando en el pabellón de España en Expo Shanghái. La plataforma de la Exposición Universal permite al narrador entablar relación con personajes de diferentes generaciones, representativos de los chinos y chinas de hoy. Con ellos trenzará lazos de amistad, se embarcará en intrigas caseras de espionaje y pasiones "impropias" que se van complicando porque en China, como se queja su intérprete, "los extranjeros siempre traen problemas". De telón de fondo, la mítica metrópoli de las Concesiones Internacionales, desde la que nos asomamos al poso de la Revolución Cultural en el actual boom económico, la vigencia de Confucio o Lao Tsé, la afición por las peleas de grillos o los sofisticados jardines taoístas a los pies de los rascacielos, la exquisitez de los cangrejos peludos, las fábricas donde se concentra la producción del mundo, los masajes, el sexo, las luchas de poder entre los dirigentes del partido y las aún más encarnizadas entre sus esposas y amantes, sin que las peculiaridades chinas parezcan agotarse nunca. Un libro sobre la China de ahora y la de siempre. Una inmersión en su cultura, en busca de descifrar el «alma china».