«"Yo siempre te amaré", jura el poeta. Esto me parece fácil jurarlo yo también. "Te amaré a las 4.15 del martes próximo" ¿sigue siendo eso igual de fácil?» W H Auden Prólogo de Luis Antonio de Villena Nota previa y traducción de Javier Marías Al menos desde 1958, Auden visitaba con frecuencia Austria, en especial Kirchstetten, donde conoció, en una relación inicialmente mercenaria, a un joven llamado Hugerl. Se ha pensado que ese ocasional amante (aunque sin duda están o pueden estar también los anteriores) es el «tú» del poema no escrito al que Auden, deseando escribir un poema de amor #que no puede hacer# desea decir algo tan simple #y complejo, como muestra el texto# como «I love you» (Te quiero). En 1959, escribe en prosa los cincuenta fragmentos, pensamientos o disquisiciones que componen su «An Unwritten Poem» (Un poema no escrito) y el título del poema/no poema es el de la autobiografía de Goethe, Dichtung und Wahrheit, es decir, «Poesía y verdad», acaso suponiendo o preguntando si con una verdad tan simple #«Te quiero»# se puede escribir buena poesía de amor. Pero la singularidad de «Un poema no escrito» no viene de las razonadas y varias reflexiones que aclaran (o sugieren) que no es posible escribir un poema lírico, subjetivo, de amor. Si puede estar en un libro de poesía sin serlo del todo, es porque muestra las entretelas de lo poético, el cañamazo #lo de atrás# de eso que visto después llamaremos poema. W H Auden traza y enhebra y cruza todos los hilos y lanas del bordado, nos relata lo que el poema de amor sería y no puede ser: el poema sin poema. Observemos, con todo #a raíz del fragmento final#, que el poeta que no ha escrito el poema de amor sabe que al otro día recibirá al amado con «adoración en el ojo; en la lengua bromas y obscenidades». Del Prólogo de Luis Antonio de Villena
W. H. Auden nació en la ciudad inglesa de York en 1907. Estudió en el Christ Church de Oxford, donde coincidió con otros escritores como Stephen Spender, Louis MacNeice o Christopher Isherwood. En 1930, su libro Poems sentó las bases de su prestigio como una de las voces más originales y contundentes de su generación. Durante la década de los años treinta del siglo XX, viajó por Alemania, Islandia, China y España, donde fue testigo de la guerra civil española. En 1939 abandonó Europa y se trasladó a Estados Unidos, país del que adquirió la nacionalidad y en el que conoció a Chester Kallman, su compañero de toda la vida, y cambió de piel ideológica y estilística: del socialismo y el psicoanálisis regresó a las preocupaciones cristianas y teológicas. En 1948 recibió el Premio Pulitzer de poesía y, en 1956, ganó el National Book Award. Ese mismo año fue nombrado profesor de poesía en Oxford, ciudad a la que finalmente regresó en 1970. Murió en Viena en 1973.