Policías y criminales han sido siempre las dos caras de una misma moneda, pero ningún novelista ha sabido explorar esta perversa simbiosis como Philip K. Dick. Fred es el agente de policía encargado de investigar y detener a Bob Arctor, peligroso traficante de la adictiva y letal Sustancia D. Para ello Fred se adentra en un mundo donde resulta difícil diferenciar la realidad de los sueños y se sumerge en un juego perverso con Bob, en el que será a la vez cazador y presa, hasta que la pesadilla culmina con un sorprendente enfrentamiento final entre el policía y el traficante. Cáusticamente divertida e inquietantemente certera en la descripción de yonquis, colgados, traficantes, buscavidas y policías, quizá sea la novela sobre drogas más desconcertante jamás escrita.