E n la historia militar de Europa no hay una hazaña logística comparable a la del Camino Español. Durante los más de ochenta años que duró la Guerra de Flandes, desde 1566 a 1648, España mantuvo abierto el largo corredor que unía sus posesiones en el norte de Italia con los Países Bajos, para permitir que sus invencibles tercios llegaran al campo de batalla. Una ruta erizada de obstáculos geográficos y enemigos poderosos, que atravesaba los Alpes, grandes ríos, bosques y desfiladeros. Geoffrey Parker, el prestigioso historiador inglés, califica de «milagro» el hecho de que en aquel tiempo pudieran llegar a los Países Bajos, por tierra, soldados españoles. Por eso aún se utiliza la expresión «poner una pica en Flandes» como equivalente de una dificultad rayana en lo imposible.
Fernando Martínez Laínez es escritor y periodista. Ha ganado en dos ocasiones el premio Rodolfo Walsh, otorgado por la Semana Negra de Gijón: la primera, con la biografía novelada Candelas. Crónica de un bandido; la segunda, con la novela Sin piedad. Entre sus obras más recientes cabe citar Tras los pasos de Drácula, libro de viajes con el que obtuvo el premio Grandes Viajeros de Ediciones B.