«Mi plan era claro, conciso y razonable, creo yo. He viajado por diversas partes del mundo durante muchos años. En Estados Unidos vivo en Nueva York, o me voy a Chicago o a San Francisco. Pero Nueva York no es más los Estados Unidos de lo que París es Francia o Londres es Inglaterra. Así que descubrí que no conocía mi propio país. Yo, un escritor estadounidense, que escribía sobre Estados Unidos, estaba trabajando de memoria, y la memoria es, en el mejor de los casos, un depósito defectuoso y deformado. No había oído el habla del país, ni olido la hierba ni los árboles ni las alcantarillas, ni visto sus cerros ni sus aguas, ni su color ni la calidad de su luz. Sabía de los cambios sólo por los libros y los periódicos. Pero, aparte de eso, llevaba veinticinco años sin sentir el país.»
John Steinbeck nació en Salinas, California, en 1902 y murió en Nueva York en 1968. Tras dejar la Universidad de Stanford
antes de graduarse, ejerció oficios tan diversos como los de obrero agrícola,
albañil o vigilante nocturno. Su obra alcanzó rápidamente un gran éxito de
crítica y de público, sobre todo a partir de Tortilla Flat (1935). Fue reportero durante la segunda guerra
mundial, periodista ocasional, guionista de cine (escribió el guión de ¡Viva Zapata! y recibió tres
nominaciones a los Oscar), pero ante todo fue uno de los novelistas más importantes del siglo XX, autor entre muchas otras de la insuperable novela Las
uvas de la ira (1939), De ratones y hombres (1937) y de La perla (1948).