«La memoria de la II República Española sufrió, a causa del pacto de amnesia de la Transición, un segundo y terrible atentado tras la dictadura que, para justificar sus desafueros y sus crímenes, la había demonizado hasta lo inconcebible. Sin embargo, y pese a lo efímero de su existencia, aquel régimen democrático, que vino por la voluntad del pueblo y de la mano de sus hijos más preclaros, marcó de forma tan indeleble el imaginario colectivo que hoy sigue siendo aspiración de muchos y referencia general de los valores éticos sobre los que fundamentar el progreso, la democracia y la decencia cívica. Viva la República, que no pretende ser un catálogo minucioso ni exhaustivo sino un álbum de estampas que recoge el impacto de aquel régimen de libertad en la vida cotidiana, así en la personal como en la colectiva, quiere, o tal es la voluntad del autor, rendir el mejor homenaje que puede hacerse a cuantos amaron la República, la edificaron, la defendieron y aún la sueñan: la divulgación de su realidad, tan desconocida por las nuevas generaciones». Rafael Torres
Rafael Torres (Madrid, 1955), autor de la heptalogía sobre la Guerra de España que se ha convertido en referencia indispensable de los actuales trabajos de recuperación de la memoria histórica, es también el veterano y reconocido periodista que desde la prensa escrita ("OTR-Europa Press", "El Mundo"...), la radio (RNE) y la televisión (Tele5) viene aportando su voz crítica, original e independiente, contra viento y marea, desde hace casi treinta años. Autor, igualmente, de una obra literaria heteróclita e intensa (poesía, ensayo, narrativa, historia...), su novela Ese cadáver, que inauguraba su serie sobre la Guerra Civil, Los esclavos de Franco, Víctimas de la victoria, Desparecidos de la Guerra de España, Heridos, etc., obtuvo un particular éxito en Francia, en algunas de cuyas universidades se ha instituido como lectura recomendada y objeto de numerosas tesis académicas, en tanto que la novela que clausura la citada heptalogía, Los naúfragos del Stanbrook, mereció el XXXVI Premio Ateneo de Sevilla.Rafael Torres recupera, tanto en su obra literaria como en su labor periodística, la figura del intelectual comprometido con su tiempo y con el mejoramiento de la sociedad.