En el inicio de la primavera de 1419 el fraile dominico Vicente Ferrer se encuentra en Vannes (Bretaña) postrado en el lecho de muerte. En su mente se agolpan los recuerdos de sus siete décadas de existencia. Rememora su recorrido por los territorios de la Corona de Aragón y del Reino de Castilla, por las tierras de la actual Francia, por las del Norte de Italia y las de Suiza... Lugares donde aún resuena su atronadora voz. sus enfrentamientos con demonios, herejes e infieles. sus relaciones con reyes, princesas y nobles. con el Papa Luna y los necesitados... A lo largo de su vida, su intervención ha sido determinante para poner fin a temas políticos de gran trascendencia como el Compromiso de Caspe, la Disputa de Tortosa o el fin del Cisma de Occidente... En sus momentos finales, lejos de la mediterránea que le ha visto nacer, Vicente Ferrer ?el ángel del Apocalipsis?, desconoce que su recuerdo resistirá el desgaste de los siglos. Entremezclada la realidad con la leyenda, unos le veneraron, otros le temieron pero nadie puede negarle su destacado papel en la crispada época medieval que le tocó vivir.