ROMANO, VICENTE / BRECHT, BERTOLT
La tarea a la que consagra buena parte de su tiempo durante la Segunda Guerra Mundial tiene mucho que ver con el deseo de restablecer la verdad. La denuncia adquiere mayor alcance cuando configura un texto deliberadamente pedagógico: un Abecé, un Catón, unas Primeras Letras que todos deberían aprender y no olvidar. Un texto ilustrado: Brecht recorta las imágenes de los medios de comunicación (por lo general periódicos y revistas) y de la propaganda, e intenta aclarar el contenido de las fotografías en epigramas de cuatro versos. Los epigramas deben «hacer hablar» a las imágenes, y, en su mayoría, tomar partido en contra del objetivo (ilustrativo o heroizante) de las mismas. La vinculación entre foto y explicación versificada la denominó Brecht cfotoepigrama» en sus diarios del exilio, iniciados el 20 de julio de 1938. Hacemos Ilegar estas páginas por vez primera a los lectores en castellano. Se trata de una obra terroríficamente contemporánea, también esperanzada: Brecht queria denunciar expresamente las situaciones que permiten que unos hombres sometan a otros hombres, abusen de otros hombres y eliminen a otros hombres. En los años del exilio se repetía que una lucha perdida no es una lucha inútil. Se lo decía con frecuencia a Ruth Berlau, añadiendo que de las luchas perdidas deben aprender las generaciones venideras.