«He tenido la suerte de nacer en una familia muy humilde. Supe muy pronto que los valores que me habían inculcado en casa serían los que me acompañarían el resto de mi vida. Decidí que la felicidad iba a estar siempre presente en mí. Y que la mujer en la que me he convertido seguiría soñando al lado de un hombre maravilloso, de unos hijos que me inspiran a diario y de unos amigos y una familia ejemplares.Ellos hacen que sea como soy, Tamara Gorro».