Con Huidobro, el pájaro de lujo, llegan Apollinaire y Reverdy. La imagen recobra las alas. La influencia del poeta chileno fue muy grande en América y España; grande y polémica. Esto último ha dañado la apreciación de su obra; su leyenda oscurece su poesía. Nada más injusto: Altazor es un poema en el que la aviación poética se transforma en caída hacia los adentros de sí mismo, inmersión vertiginosa en el vacío. Vicente Huidobro, el ciudadano del olvido: contempla de tan alto que todo se hace aire. Está en todas partes y en ninguna: es el oxígeno invisible de nuestra poesía. Octavio Paz
Vicente Huidobro (Santiago de Chile, 1893-Llolleo, Chile, 1948) es el primer vanguardista americano y, a la vez, de algún modo, el fundador de la Vanguardia española, que hubiera sido muy distinta si él no hubiera viajado a Madrid en 1918. Huidobro, hombre muy de su tiempo y hombre con una gran fortuna personal (cosa esta singularmente rara entre poetas y otras gentes de pluma), fue un activísimo creador de revistas, aunque todas de muy corta vida. Para Huidobro las revistas no fueron tanto un medio de publicitar su poesía como una beligerante toma de postura ante el tiempo que le tocó vivir y un muy personal modo de afirmar y negar valores estéticos y políticos. En las revistas de Huidobro encontramos no sólo excelentes escritores internacionales y grandes pintores de vanguardia e incluso algún músico (Erik Satie, Schönberg?), también hay furiosas polémicas más o menos literarias y manifiestos y proclamas de índole tanto literaria como política.