El destino, caprichoso, generoso y cruel, lleva siempre sus alas abiertas. Nos cobija, nos protege o nos lanza al vacío sin red, sin protección alguna.
Es la propia vida, el camino que nos toca andar, el que a veces tomamos con cierto criterio y otras muchas desafiamos enfrentándonos a sus designios. La vida nunca es injusta, como tampoco lo es racional, y es su anfitrión, el destino, el que nos lleva y nos trae a su antojo por los diferentes caminos.
En estos 44 relatos el destino se muestra en toda su crudeza y de la manera más amable. Confirmándonos que, como dejó escrito el célebre fabulista francés Jean de la Fontaine:
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.