Ackerman nos demuestra, con su elegancia característica, la importancia que tiene el análisis jurídico riguroso en el futuro de nuestra democracia. Somos conscientes de nuestra tendencia a reaccionar desmesuradamente cuando nos atacan, y Ackerman nos exp El libro de Bruce Ackerman es un tour de force. Combina de manera brillante un análisis preciso de las cuestiones jurídicas y un plan astuto y valiente de protección de nuestro sistema constitucional ante un eventual cataclismo. Ha llegado la hora de Los atentados terroristas conducen habitualmente a la aprobación de leyes represivas. con ello se entra en un círculo vicioso que amenaza seriamente a nuestras libertades. En este libro clarividente, Bruce Ackerman mira al futuro y presenta una alternativa a la vez intuitiva y práctica. Nos propone la aprobación de una constitución de excepción que, a corto plazo, autorice al gobierno a tomar medidas extraordinarias encaminadas a evitar un segundo atentado, al tiempo que prohíba la adopción de medidas permanentes que socaven nuestras libertades. La constitución de excepción de Ackerman analiza los peligros que subyacen a la idea muy extendida de que estamos luchando una guerra contra el terrorismo. El libro critica las decisiones de jueces y tribunales que han aceptado tal caracterización, que a juicio del autor conduce a otorgar amplísimos poderes al ejecutivo sin justificar su porqué. En lugar de ampliar las prerrogativas del Presidente y comandante en jefe de los ejércitos, los tribunales deberían adecuar el principio de equilibrio de poderes al estado de excepción, y de ese modo asegurar que las facultades excepcionales que corresponden al Presidente en tales circunstancias queden sometidos a control. Ackerman recurre al derecho comparado en apoyo de sus argumentos. así, el libro contiene un análisis de la regulación de la constitución de excepción en el derecho constitucional de varios países, desde Francia a Sudáfrica, de la que el autor extrae lecciones concretas, que pueden ser aplicadas directamente o inspirar soluciones originales. Ackerman pone de relieve que ningún país está preparado para defenderse de los terroristas y respetar los derechos fundamentales de los ciudadanos al mismo tiempo. como demuestra lo sucedido tras los recientes atentados de Londres de 2005.