GIL, CARMEN / MÚÑIZ, JACOBO (Ilustración)
La giganta Cereza está triste porque los animales no van a verla. Sus lágrimas provocan unas tremendas inundaciones, así que se juntan en un arca para que no les cubra el agua. La única que se queda con la giganta es la mofeta, a la que no dejan subir al arca debido a su olor. Cuando todo se calma, los animales se reunirán con ellas para escucharlas cantar.