De una palabra puede emerger un cuerpo y, de ahí, muchos más. Si esa palabra es «bailar», su significado parece inmediato. Pero visto más de cerca, se oscurece. Es necesario un gesto de precisión para experimentar qué implica «bailar». En Asymmetrical-Motion/Clases, de Lucas Condró, asistimos a ese gesto, delicado y riguroso. El libro recoge una vida de investigación y enseñanza donde se concibe el espacio-tiempo llamado «clase» como una obra de arte en sí. Para esto, se puntualizan aspectos pedagógicos a través de cuatro o cinco nociones: «bailar-experimentar», «observar», «nombrar», «incorporar». Una caja de herramientas abierta, una ingeniería poética del movimiento. Ahora, bailar puede ser sinónimo de leer; y la sensación de un pie, un pensamiento.