DIETRICH, WILLIAM / ESTRELLA, JUANJO
«Una nueva forma de terror, desconocida hasta entonces, obligaba a huir a pueblos enteros. Los fugitivos hablaban de la existencia de un pueblo poco agraciado, maloliente, de tez oscura, que vestía con pieles de animales hasta que éstas se pudrían, inmune al hambre y a la sed, que bebía la sangre de sus caballos y comía la carne cruda que guardaba bajo sus monturas para que se ablandara... Su jefe se había convertido en el monarca más poderoso de Europa. Su palabra era ley, jamás había conocido la derrota, y sus esposas e hijos temblaban en su presencia. Se llamaba Atila.» Tras décadas de sufrir el acoso de las tribus bárbaras, el Imperio romano se debilita por momentos. Hacia el 449 d. C., Atila, el rey de los hunos, es e1 señor de la guerra más poderoso del mundo y, al comprender que su imperio corre el riesgo de desaparecer, se dispone a atacar Occidente. Anticipándose al inminente ataque de los hunos, los líderes romanos envían una embajada al campamento de Atila con la excusa de conseguir un acuerdo diplomático y sobornar a uno de los lugartenientes de aquél a fin de que tome parte en una conspiración para asesinar a su líder. A esta misión se unirá Jonás. Cuando la conspiración es descubierta, Jonás es tomado como rehén y obligado a pelear con sus captores. Consciente de que su vida corre un serio peligro, comprende que para sobrevivir tendrá que recurrir a sus habilidades como diplomático, y a su destreza con la espada. Mientras planea su huída, Jonás se apodera de un elemento decisivo en la inminente guerra. Para salvar el Imperio, debe llevar no sólo una advertencia, sino una antigua espada que ayudará a preparar a Roma para la mayor batalla de la historia, en la que se enfrentarán dos ejércitos gigantescos y cuyo resultado determinará el futuro de la civilización occidental.
William Dietrich se graduó en la Escuela Secundaria Monte Tahoma, y se licenció en Periodismo en el Fairhaven College de la Universidad Occidental de Wshington. Trabajó en varios periódicos y desde 1982 hasta el 2008 en el Seattle Times, cubriendo temas medioambientales. En el año 1990, ganó junto a otros tres compañeros el premio Pulitzer por sus artículos sobre el derrame de petróleo del Exxon Valdéz.
Es autor de libros sobre la naturaleza, y más conocido por sus novelas de ficción histórica.