Charles Bukowski, una de las figuras más irreverentes de la literatura del siglo XX, fue un autor sumamente prolífico; tras publicar más de cincuenta libros en vida, muchos relatos y artículos importantes continúan dispersos o inéditos. Ausencia del héroe constituye una antología de esta obra desperdigada, buena parte de la cual permanecía oculta desde hacía décadas. Empezando por los primeros cuentos que publicó en revistas a finales de la década de 1940, Ausencia del héroe brinda al lector un viaje contracultural por las batallas literarias de los cincuenta, la agitación psicodélica de los sesenta, los placeres narcisistas de los setenta y la distopía reaganista de los ochenta. Por el camino, Bukowski ofrece crónicas de sus infames recitales públicos, reseñas de su propia obra, desternillantes entregas de su columna en la prensa, «Relatos de un viejo indecente», y una serie de joyas recién descubiertas que no llegaron a publicarse. Sin embargo, este libro también tiene cabida para el otro Bukowski: un crítico literario astuto, si bien bastante excéntrico. Desde su propio «Manifiesto» hasta sus idiosincrásicas valoraciones de Allen Ginsberg, Robert Creeley, LeRoi Jones y Louis Zukofsky, Ausencia del héroe revela al intelectual oculto tras la áspera apariencia y es una importante contribución al canon de Bukowski. «Se llena la cabeza de carbón y brotan diamantes de las yemas de sus dedos. Eso sí que es un truco. El genio topo nos ha dejado otra recopilación. Una mano de cartas triunfal. Léelos y llora» (Tom Waits). «Ofrece todo aquello por lo que este autor es conocido: irónica obscenidad, sabiduría indecente y aparentes divagaciones cuyos zarpazos ocultos te pillan desprevenido, pero también hay momentos en los que se quita la máscara y se desprende de la bravuconería para mostrar su lado más vulnerable y humano. Un libro imprescindible para los seguidores de Bukowski» (Brian Evenson).
Charles Bukowski (1920-1994) fue el último escritor «maldito» de la literatura norteamericana. Ha sido comparado con Henry Miller, Céline y Hemingway, entre otros autores, y ha inspirado numerosas películas como "Barfly" de Barbet Schroeder y "Ordinaria locura" de Marco Ferreri.