Con su personalidad indiscutible, David Mamet conoce como nadie cuáles y cómo son los requisitos y las cortapisas que permiten o impiden hacer carrera en Hollywood. En el laberinto del sistema de estudios, entre las imposiciones y cálculos de los productores, la adulación que exigen los ejecutivos o las estadísticas equívocas de los estudios de audiencia, un cineasta corre el riesgo de perderse y olvidar que la intuición, la improvisación, el ingenio in extremis y la fuerza dramática son elementos esenciales del arte cinematográfico y los únicos, por añadidura, capaces de cautivar al público, ese «grupo dispuesto a suspender sus facultades racionales». Bambi contra Godzilla ofrece una mirada privilegiada a la industria del cine desde dentro, y constituye una guía temeraria e irresitiblemente sarcástica para orientarse en ese proceloso mundo. Productores, directores, guionistas, actores, jefes de casting y críticos pueden encontrar aquí, además de su merecido, un sinfín de útiles consejos para la supervivencia de su oficio y de su especie, quizá no tan distintos a los que ya diera Aristóteles en su Poética o Sun Tzu en su Arte de la guerra, e igualmente válidos asómbrense para la caza del pato. Mamet habla siempre desde la experiencia, y ése es un valor irreemplazable.
David Mamet es uno de los grandes nombres de la literatura estadounidense del último medio siglo. Destacado dramaturgo, reputado guionista y director de cine, también es autor de varias novelas y ensayos. De su ya dilatada trayectoria, cabe destacar hitos teatrales como American Buffalo, Glengarry Glen Ross (que obtuvo el Premio Pulitzer en 1984) u Oleanna, guiones para películas como Los intocables de Eliot Ness o La cortina de humo, y su labor tras las cámaras dirigiendo filmes como Homicidio o El caso Winslow.