«¿Pero qué haces, Barnie?, «Barnie, ¡ten cuidado!», «Venga, entra de una vez». El dueño de Barnie nunca está contento con él, todo son quejas. Esto no hay quien lo aguante, ni siquiera el perro más bueno del mundo. Pero Barnie es un perro muy espabilado...
También a los niños les toca escuchar permanentemente órdenes y regañinas, y es por eso que Barnie no solo gustará a los amantes de los perros, sino también a los niños y niñas que se identifican con sus vivencias.
Aunque no puedan imitarlo, seguro que se alegrarán con él por su ocurrencia final.