El edificio de vecinos del número 29 es un microcosmos en el que casi cualquier cosa insólita puede ocurrir. En él conviven la primera vecina, Rita, siempre presente y vigilante, y tan vieja como el propio edificio; Maia, la niña a la que le gusta cavar hoyos en el suelo para esconderse; Lina y su marido Don, que sufre una extraña metamorfosis; Tom, que vive inadvertidamente en el ascensor; los insomnes crónicos, siempre alerta, suerte de ejército de Rita; y otros muchos personajes sorprendentes pero profundamente humanos. Con esta primera novela, Kálnay funde de un modo inteligente y magistral el realismo mágico con la literatura del absurdo para crear su personal universo.