De Don Juan se ha dicho que es una anacronía, una antigualla, un loco, por su absurda búsqueda de la felicidad absoluta. un narciso, cruel, egoísta, incapaz de amar. una quimera, un prejuicio literario, una metáfora medicinal, un caso patológico de hipererótico polígamo, un garañón estéril, un histérico fronterizo con la homosexualidad, un feminoide de morfología descaradamente equívoca, un eunuco. Pero la execración del personaje podría explicarse como consecuencia del resentimiento de los malogrados. Porque de Don Juan también se ha dicho que es un idealista, una rebelde conbtra las hipócritas convenciones sociales, un héroe de la libertad, un símbolo del poder, de la fuerza por gracia, un conquistador irresistible, generoso, cosmopolita. el más universal de los fantasmas literarios, un tema eterno opropuesto a la reflexión y a la fantasía, un mito del alma humana. En conclusión, Don Juan somos nosotros, y de esta manera pasa a aser la sospecha de que nuestros ideales son incompletos, o la representación del sueño de amor que todos llevamos dentro.
Jacobo Cortines ha publicado los poemarios Primera entrega (1978), Pasión y paisaje (1983), Carta de junio y otros poemas (1994), Consolaciones (2004) y Nombre entre nombres (2014), a los que esta edición añade el inédito Días y trabajos (2016). Es autor de un libro de memorias, Este sol de la infancia (2002), y de ensayos como Itálica famosa (1995) o Burlas y veras de Don Juan (2007). Sus artículos han sido recopilados en Separatas de Literatura, Arte y Música (2002) y Nuevas Separatas (2012). Dirige la colección Vandalia y es miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Recibió el Premio Internaziole di Poesia de la Fundación Roma en 2015.