La revista literaria ha tenido siempre ambición de obra total: barajar géneros, autores de varias generaciones, asuntos diversos, idiomas distintos. Que entre ellas abunden las siempre divertidas revistas de grupo o de tendencia sólo anima más las posibilidades del género. Poniéndonos en la estela de las revistas que siempre nos gustaron, que nos procuraron tanta felicidad con su aspecto de enciclopedias desordenadas y libres, en Calle del Aire trataremos, dos veces al año, seguir una tradición imponente: podría contarse la historia de nuestra literatura del último siglo relatando las suertes y miserias de sus revistas literarias. En español y sin salirnos del siglo XX ahí está ese monumento que es Sur, o su modelo Revista de Occidente, ahí la Gaceta Literaria y Diwan y Fin de Siglo y Renacimiento y Clarín y tantísimas otras. Un lugar donde se habla de Jünger y de la Ruta 66, se leen los poemas de Ford Madox Ford y epigramas de Francisco Bejarano, hay un cuento de ciencia-ficción que es lo primero que publica un autor y el último cuento que ha escrito un maestro del género, ya expone a las claras su flexibil